Los que estuvieron allí juran que la “Caldera del Parque” nunca estuvo tan llena como ese miércoles de noviembre de 2006. Las cifras varían de acuerdo al testimonio, pero fueron no menos de 10.000 los testigos de la última consagración de Tucumán Rugby en el Regional, luego de un triunfo inmaculado sobre Universitario. Esa noche, nadie hubiera creído que al “verdinegro” lo esperaban ocho años de vacas no tan flacas, pero insuficientes para su hambre de títulos. Mañana por la tarde irá en busca del número 21, que se ha hecho esperar más de la cuenta.
“La verdad que estos ocho años se me hicieron eternos”, reconoce Luis Castillo, uno de los sobrevivientes de aquel campeón, junto a Santiago Rodríguez del Busto, Sebastián Ponce y Martín Hernández. También está Hernán Macome, aunque ahora como parte del staff técnico.
Para “Lucho” la espera fue particularmente larga, por haber sido la de 2006 su primera temporada completa en la primera del club. “Imaginate, arrancar con un campeonato fue probar el dulce de entrada y después bancarme años de sequía. Salvo en 2008, llegamos todas las veces a la ronda final, pero siempre nos faltó algo. Lo positivo es que estos años de frustración nos han ayudado a madurar como equipo. La mala experiencia es la que más enseñanzas te deja. Hoy somos capaces de hacer cosas que antes no. Yo mismo me veo como un jugador totalmente distinto al que era entonces”, sostiene el medio scrum, y confiesa que tiene el video de aquella final, y que de vez en cuando le gusta revivirla.
Rodríguez del Busto también tiene fresco el recuerdo de la vigésima corona. “Fue algo increíble. Tenía 19 años. Estaba tranquilo, pero muy ansioso. La cancha estuvo llena como nunca la vi en mi vida. Ni en las finales del seleccionado noté tanta gente. Una verdadera fiesta. Sobre el partido en sí, lo que recuerdo es que fue duro, se nos fue abriendo de a poco y terminó siendo muy bueno. Atacábamos desde el fondo, desde todos lados”, se retrotrae “Sancho”, al que la espera no lo desesperó.
“Para mí, el tiempo pasó volando. En estos ocho años jugamos una final del Nacional de Clubes, que no es poco, y sufrimos un proceso de recambio. Nos costó un poco volver a ensamblarnos, con esas dosis de juventud y experiencia que necesita cualquier equipo, más en estas circunstancias”, explica el centro.
Sebastián Ponce, figura de aquella final que califica como “soñada”, imagina un cuadro bastante parecido mañana frente a Lawn Tennis. “Yo estoy más viejo, je. Pero si en 2006 Universitario era el rival a vencer por lo que había logrado en los años anteriores, creo que hoy ese es Lawn Tennis. Ganó cuatro de los últimos seis regionales, y es el más regular. Pero nosotros debemos confiar en nuestro juego y salir a disfrutar al máximo esto tan lindo que te da el rugby”, propone el wing, autor del try que selló aquel inolvidable 47-12 de hace ocho años. “No me molestaría terminarlo de la misma manera esta vez, je. Pero no importa lo que yo haga, sino que el club viva una alegría que espera hace años”, cerró.